Esta semana explicamos qué es el derecho al olvido y revisamos la sentencia contra Google del Tribunal de Justicia Europeo.
Hoy nos preguntamos qué nos espera a partir de ahora, cuáles son las consecuencias de la sentencia y qué debemos tener en cuenta los usuarios en el tratamiento de datos personales.
Privacidad…, y derecho a la información
¿El reconocimiento del derecho al olvido en la red puede provocar que no se difundan informaciones de interés público? En este sentido, la justicia europea fue muy clara: antes de aceptar peticiones de este tipo se tendrá en cuenta la naturaleza de la información, cómo afecta a la vida personal del usuario y el interés público que tiene el disponer de esa información.
En el caso de Mario Costeja que recogíamos en el post del miércoles, la deuda con la Seguridad Social de la que se informaba en las noticias del periódico La Vanguardia ya no existía, por lo que la información no tenía validez y perjudicaba a la reputación de Mario Costeja.
Ser precavidos antes que solicitar el borrado de datos
Hay que tener muy en cuenta que la tarea de limpiar reputaciones no es fácil. El buscador no tiene un control total sobre los datos difundidos en la red, aunque su labor de indexación contribuye en gran medida a la presencia de los contenidos en internet.
Una vez en la red, los datos pueden replicarse y guardarse en servidores de todo el mundo por lo que el borrado total se convierte en una tarea casi que imposible. Hay empresas que se dedican a limpiar la reputación de sus clientes y que emplean técnicas como cambiar el orden en el que los contenidos aparecen en un buscador o incluso crear contenidos nuevos para que las informaciones no deseadas bajen en la lista de búsqueda.
Con la sentencia el Tribunal dice que el límite a la libertad de información está en toda aquella información que no concierne a nadie más que al usuario. Teniendo en cuenta la naturaleza de Internet, la mejor solución es ser precavidos cuando compartimos información personal en la red.
Fuente BBC Mundo.