Protegiendo el agua que nos cuida

Mucho han cambiado nuestras vidas en cuestión de apenas unos meses. Con la llegada del coronavirus a nuestro país y el decretado estado de alarma, nuestros hábitos de vida han mutado radicalmente. Con el confinamiento, pasamos más tiempo en nuestros hogares y nuestro consumo de agua también lo ha notado. El agua es un recurso indispensable en nuestra vida cotidiana, pero estos días se hace todavía más indispensable ya que es vital lavarse las manos con jabón con frecuencia para prevenir el contagio y la propagación de este virus.

En Augas de Galicia, junto con las empresas públicas y operadoras privadas del sector del agua en la comunidad, velamos por garantizar el acceso de agua potable a toda la ciudadanía. Es importante reconocer la labor de estas empresas que están manteniendo en condiciones idóneas los complejos servicios de abastecimiento, saneamiento y depuración de aguas a pesar de las dificultades. Para ello seguimos las medidas y protocolos necesarios para salvaguardar el bienestar de cada una de nuestras y nuestros trabajadores.

Buen ejemplo de ello son los planes de contingencia que se han activado, con guardias de personal y remanente de reactivos suficiente para asegurar el funcionamiento de las estaciones de tratamiento de agua. Además del material del que disponen los trabajadores para afrontar las jornadas de trabajo de una forma segura.

El tratamiento del agua no solo es vital para nuestras vidas, ya que gran parte del agua depurada se devuelve a su medio natural, los ríos y las rías. Así, cuidamos de nuestros ecosistemas, de nuestros paisajes, en definitiva, de esta tierra que debemos proteger y respetar entre todos.

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La adopción de buenas prácticas en nuestros hábitos de consumo del agua contribuye a reducir la cantidad de agua consumida y su contaminación. Así conseguimos disminuir el consumo de este importante recurso y también la energía que se utiliza en los procesos de tratamiento del agua.

En la cocina, a la hora de fregar los platos, es importante no verter residuos de comida por el desagüe ni el aceite usado o el de las conservas por el fregadero, son muy contaminantes. Lo más adecuado es arrojarlo al contenedor correspondiente o acercarlo al punto limpio más próximo. Además, existen jabones y detergentes biodegradables para cuidar la calidad del agua. Debemos emplear la dosis justa, sin excesos.

En el baño, debemos tener muy presente que el retrete no es una papelera. No debemos tirar por el desagüe pañuelos de papel, bastoncillos, restos de comida, cigarros, pañales, compresas y otros materiales de higiene íntima. Pueden provocar atascos y roturas en las tuberías, bombas y otros equipos de la red de saneamiento y depuración. Además, mientras nos lavamos los dientes, o nos enjuagamos las manos, es necesario mantener el grifo cerrado, lo que nos permitirá ahorrar una gran cantidad de agua. Por último, pero no menos importante no debemos desechar por el desagüe medicamentos caducados o que ya no uses. En todas las farmacias tienen un punto de recogida donde se encargarán de gestionarlos correctamente.